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¿Para qué sirve la vitamina K?

Foto del escritor: Aline GarcénAline Garcén

Actualizado: 28 jun 2020

La vitamina K es una vitamina liposoluble que se encuentra en la dieta en diferentes formas.


Tener una deficiencia de vitamina K va a causar que se formen clasificaciones en las arterias, en los riñones, también lo podemos notar si tienes con facilidad muchos moretones.


Tenemos la vitamina K1 o filoquinona, de la que son muy buena fuente las verduras de hoja verde, como la col, la espinaca, el brócoli o las coles de Bruselas, pero también son ricos en ella los aceites vegetales, desde donde se absorbe más fácilmente. El 90% de la ingesta nutricional de vitamina K es en forma de K1


Por otro, nos encontramos con la vitamina K2 o menaquinona, de origen bacteriano, de la que existen varias formas (MK-4 a MK-11) dependiendo del alimento y constituyen el 10% de la ingesta nutricional de vitamina K. Podemos encontrarla en la yema de huevo, el pollo, la mantequilla, algunos quesos o fermentados de soja como el natto.


La vitamina K1 la podemos encontrar naturalmente en:

Hortalizas de hoja verde como la Espinaca, col, brocoli, coles de brucelas.



La vitamina k2 se produce en el intestino mediante las bacterias y lo que va a favorecer esta vitamina en nuestro organismo son bacterias ecoli, productos fermetados como el queso, el quefir, chocrut, combucha, que ayudan a las bacterias a producir esta vitamina.



La vitamina K juega un papel poco reconocido es la salud cardiovascular. La medida del contenido de calcio de las placas de ateroma en las arterias es un indicador de riesgo cardiovascular. La vitamina K regula el tráfico de calcio en el organismo, de forma que se incorpore como hemos mencionado en el tejido óseo, reduciendo su acumulación en otras zonas no deseables. En el caso de las placas de ateroma, se ha visto que la deficiencia de vitamina K2 puede aumentar el riesgo de calcificación. La menaquinona activa en este caso una proteína llamada proteína GLA de matriz, que evita que se formen depósitos de calcio en las arterias.


Existe un mayor riesgo cardiovascular, asociado a los suplementos de calcio. Si bien puede ser beneficioso para la salud ósea, suplementar con dosis elevadas de calcio en presencia de una deficiencia de vitamina K, podría favorecer esa calcificación arterial. Pero es que sin la participación de la vitamina K y D como reguladores y el estímulo del ejercicio, la efectividad de los suplementos de calcio para mejorar la salud ósea se ve muy reducida.


Aliada contra la osteoporosis

La vitamina D tiene fama de ser, buena para la asimilación del calcio en los huesos. pues ciertamente participa en la regulación del metabolismo del calcio. Pero la salud ósea no depende solo de tomar más o menos de este mineral, ya que participan muchos otros procesos en equilibrio para la formación de hueso y su resorción. Para que el calcio se incorpore en el hueso, necesitamos un estímulo. Y nada mejor que el ejercicio para dar la orden al organismo de que haga a los huesos más fuertes. Las actividades de impacto (saltar, correr, caminar) o el ejercicio de fuerza son las que más fortalecen los huesos. Pero además del calcio y del ejercicio necesitamos regular el proceso. Y en ello participan de forma coordinada las vitaminas D y K.



La vitamina K es necesaria para el funcionamiento de proteínas como la osteocalcina que se encargan de que el calcio pueda incorporarse al tejido óseo. Una revisión científica encontró que suplementar de forma conjunta vitamina D junto con vitamina K2 (esta forma es más efectiva que la K1) puede reducir el riesgo de osteoporosis, con efectividad similar a la de unos fármacos llamados bifosfonatos, y sin efectos secundarios. Otros trabajos han demostrado reducciones de hasta casi un 80% del riesgo de fractura con la suplementación con vitamina K2 y mantenimiento de la densidad de masa ósea en pacientes con osteoporosis. Aunque sabemos que la deficiencia de vitamina K pueda provocar síntomas de baja coagulación, esto no es frecuente, pues es más probable encontrarse con una ingesta insuficiente para prevenir de forma adecuada la osteoporosis.


Otro lugar donde no interesa acumular calcio son los riñones. En estos órganos, la concentración de vitamina K2 es elevada, precisamente para movilizar ese calcio y evitar la formación de cálculos renales. Se ha visto una relación entre mayor consumo de vitamina K y menor tiempo en diálisis en pacientes renales, además de que la deficiencia de vitamina K era más habitual en estos pacientes.


Como en la vida misma, en el mundo de las vitaminas también suele suceder que detrás de grandes estrellas como el calcio o la vitamina D, hay otros haciendo un trabajo sin el que no alcanzarían el éxito. Es el caso de la vitamina K, de la que no debemos olvidarnos.


IMPORTANTE:

la información aquí representada es de carácter informativo y no pretende ofrecer una consulta o recomendación médica. No reemplaza la opinión del médico o especialista. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento y/o programa físico.



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